El Torii ‘flotante’ del Templo de Itsukushima en Miyajima (Japón) sigue en restauración y completamente cubierto por un andamio translúcido y con una pasarela que permite el acceso a los trabajadores.

Las obras se están demorando más de lo previsto, en parte como consecuencia de la pandemia; lo que en principio iba a ser una trabajo que debía finalizar en 2020, va camino de alargarse durante 2022.
En su momento se anunció que una de las partes más importante de los trabajos recaería sobre la base de la gigantesca estructura que, sometida a las mareas, se habría deteriorado de una manera casi definitiva.

En todo caso, lo cierto es que uno de los principales atractivos de la visita a la isla —que no el único—, hasta el punto de llegar a ser considerado como uno de los mejores paisajes de Japón, es ahora completamente inaccesible.

Además, el propio templo está siendo también sometido a una obra de restauración que en este caso, al parecer con fechas concretadas, se prolongará hasta diciembre de 2022.
El santuario y el torii
El santuario de Itsukushima, construido en la isla de Miyajima (en realidad, el nombre de la isla es el del santuario, mientras que Miyajima, significa exactamente, «la isla del santuario»), es un complejo sintoísta, Patrimonio de la Humanidad dela UNESCO desde 1996. Aunque su origen podría situarse alrededor del año 800, distintos incendios afectaron a las construcciones, hasta su última reconstrucción que data del siglo XIII, fecha en la que se erigieron buena parte de las estructuras anteriores. La isla era considerada sagrada, por lo que el santuario, –y su puerta ceremonial– están construidas sobre el mar, de manera que nadie tuviera que pisar tierra para entrar en él.

Ficha del torii de Miyajima
Restauración de la gran puerta; también el propio santuario
Fecha de Inicio: junio de 2019
Fecha de finalización: no confirmada (diciembre de 2022 para el santuario)
Andamios: sí; la estructura está completamente cubierta.
Acceso: no.
Las fotos de esta entrada son una cortesía de Trish Burgess y Kike de Cos (Mono Viajero). Muchas gracias!